lunes, 23 de diciembre de 2013


"Es un hecho irrebatible que desde hoy en Occidente nos hemos avenido a identificar la acción en sus modalidades más exteriores, materiales y contingentes. Por lo cual se concibe como inercia o fuga a todo aquello que, aun no siendo para nada no-acción (la vida ascética, además de las renuncias, implica una disciplina y una concentración interiores por lo menos tan grandes como las propias de cualquier “hombre de acción”), no se deja remitir a semejantes modalidades. Además existen las confusiones propias de quien, encerrado en el horizonte más groseramente sensible, piensa que sólo las fuerzas materiales y los modos directos de combatir y resistir sean los decisivos y determinantes en la historia.” (Julius Evola).

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