miércoles, 15 de octubre de 2014


"¡Vosotros, los que buscáis en la magia el medio de satisfacer vuestras pasiones, deteneos en esta vía funesta! No encontrareis en ella más que la locura o la muerte. El magista debe ser impasible, sobrio, casto, desinteresado, impenetrable e inaccesible a toda especie de prejuicio o de terror, debiendo estar a prueba de todas las contradicciones y aflicciones / El hombre puede ser modificado por la costumbre, que se convierte, según el proverbio, en una segunda naturaleza en él. Por una gimnástica perseverante y graduada, las fuerzas y la agilidad del cuerpo se desarrollan; lo propio sucede con los poderes del alma. ¿Queréis reinar sobre vosotros mismos y los demás? Pues aprended a querer. ¿Cómo? Este es el primer arcano de la iniciación mágica y es para dar a comprender el mismo fondo del arcano como los antiguos depositarios del arte sacerdotal rodeaban los accesos del santuario de tantos terrores y tan estupendos prodigios. No creía en una voluntad, sino cuando había producido las pruebas de su existencia / Así, la fuerza de las religiones está encerrada en la inflexibilidad de los que la practican. Mientras halla un fiel creyente en el santo sacrificio de la Misa, habrá un sacerdote para celebrarla" (Éliphas Lévi).

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