miércoles, 21 de enero de 2015


Dice la leyenda que Hércules habría de luchar valientemente para poder alcanzar el “Jardín de las Hespérides”, del que el dragón Ladón fuera su fiel guardián. Las Hespérides son “las Hijas de Poniente” (las hijas de Atlas, que bien pudo haber sido un rey atlante, dicho sea de paso). Y, por lo tanto, se nos conmina buscar allende del extremo Oeste, no un jardín cualquiera sino aquel que albergara unos particulares frutos: unas manzanas de oro, cuales frutos de iniciación (y, cuando menos, relacionándolos simbólicamente con la manzana del Jardín del Edén o la manzana de la discordia entre las diosas, Hera, Atenea y Afrodita, ofrecida por el pastor Paris).

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