"Piensa que nada es imposible para ti; piensa que tú también eres inmortal y que serás capaz de aprender todas las cosas con tu pensamiento...Hazte a ti mismo tan alto como todas las alturas y tan bajo como todas las profundidades, une en ti todos los opuestos..., piensa que aún no has nacido, que estás en el útero, que eres joven, que eres viejo, que has muerto, que estás en el mundo más allá de la tumba; capta en tu pensamiento todo esto a la vez, todos los tiempos y lugares, todas las sustancias y cualidades y magnitudes juntas; entonces puede aprender a Dios" (Corpus Hermeticum)

Ibn al-Arabi gustaba rememorar 'Les mostraremos Nuestros signos fuera y dentro de sí mismos hasta que vean claramente qué es la Verdad. ¿Es que no basta que tu Señor sea testigo de todo?' del Sagrado Coran 41:53, incitando a sus discípulos a contemplar con suma meditación tanto el cosmos como el alma propia, tanto lo exterior como lo interior, a fin de percibir los ãyãt -signos- de la realidad divina.

"Este mundo es la antecámara del siguiente. Prepárate" (Talmud).