jueves, 30 de abril de 2020



“Si tuviese sobre él un ángel defensor, de entre mil, que anuncie al hombre su rectitud y lo agracie y diga: que lo libren de descender al sepulcro pues he hallado rescate” (Job 33: 23-24). Ese ángel entre mil es el ángel encargado junto con él, al lado izquierdo, es decir, el Mal Instinto. Si ese ángel enseña mérito acerca de la persona, entonces desbarata el juicio y se salva de descender al Guehenóm. Y es que, por la costumbre del Satán cuando asciende a lo Alto y acusa al hombre, tomando permiso desciende y mata al hombre; por ello, si el hombre marcha por el camino de la verdad, el camino de la Torah, ese Mal Instinto se le transforma en un esclavo. Quien se comporta con humildad, el Mal Instinto transformado en su esclavo, entonces asciende y se transforma en un defensor para él, mencionando sus méritos. (El Zohar).

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