viernes, 19 de junio de 2020


"No podemos olvidar que la palabra creadora puede hablarnos a través de nuestros sueños. Están los textos sagrados de las tradiciones y están los textos sagrados de la noche. Durante la noche, el verbo creador crea símbolos e imágenes que no son para nosotros explicaciones del mundo, pero que pueden dar sentido a nuestra existencia. Sentimos que en el sueño existe un sentido, que es siempre mucho más rico de lo que podemos decir de él. Y que puede ser para nosotros algo así como un maestro interior para hacernos ir más lejos" (Jean-Yves Leloup). 

miércoles, 3 de junio de 2020


"¿Quién oirá su voz?
El que es de corazón puro; quién es gentil, compasivo e infinitamente paciente;
Quien devuelve la mansedumbre por la ira, el amor por el odio, el perdón por el abuso y el silencio por la condena.
Vístete, pues, con el manto de la humildad;
Reconoce tus errores,
Incluso tus pecados más profundos,
así confesándote,
encontrarás el Camino del Amor,
y encontrando el Amor encontrarás al Maestro;
Y encontrando al Maestro estarás en reposo.
Negarse a sí mismo;
Sométete a ti mismo;
Conquístate a ti mismo.
No te apartes de ti buena voluntad;
Estar en paz con todos, sí, incluso con las bestias,
así la Verdad más alta tendrá su morada dentro de ti;
A ti se te revelará el corazón del Maestro;
La tristeza, el sufrimiento, el miedo y la duda huirán lejos de ti,
y el conocimiento de la inmortalidad llenará tu corazón de paz" (James Allen).

“No hay mayor peligro que tomarnos en serio, viendo las cosas trágicamente. La idea de coacción hacia nosotros mismos –y los demás- encierra el germen de la violencia y de la muerte.
Todo nacimiento, toda realización se hace desde el interior. La Cristiandad yerra porque no cree en la sorprendente enseñanza del Cristo Rey. Debemos transmutar y no constreñir; he aquí el secreto.
No se trata de luchar para volver a nacer; es una lucha de amor por morir. Los cristianos predican la muerte de Cristo, pero ninguno es realmente consciente del misterio de la resurrección. El Cristo muerto en la Cruz es el mismo que resucita gloriosamente. El error es buscar la resurrección antes de haber pasado por la muerte del mundo; de ahí, el orgullo de los buscadores de Satán, quienes quieren recibirlo todo sin dar nada, como Gilles de Retz o M. Jolliot-Curie.
Vale más buscar a Dios sin ocuparse de lo demás, aunque lo demás se ocupe de nosotros. Es sencillo, se nos pide que no nos agitemos y que dejemos a Dios hacer. El espíritu sopla donde quiere y hace falta una fe lo suficientemente fuerte como para tener únicamente esperanza en la Providencia divina, a pesar de todas las apariencias contrarias. Todos quieren hacer algo, pero ninguno quiere dejar hacer a Dios. Ese es todo el drama de la humanidad desviada que insiste en agitarse inútilmente en este mundo transitorio. Copiar el discurso de Jesús sobre las preocupaciones, en Mateo VI, 24-34; es simple, eficaz y verdadero (En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No estéis agobiados por la vida, pensando qué vais a comer o beber, ni por el cuerpo, pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida?
¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y yo os digo que ni Salomón, en todo su lujo, estaba vestido como uno de ellos. Pues, si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados, pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los gentiles se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso. Sobre todo buscad el reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.").
El verdadero hermetismo es tan cristiano como musulmán o taoísta, etc; está unido a Dios por nuestra propia religión de nacimiento o elección. Cada profeta mantiene viva la revelación, pero siempre es el mismo secreto, aunque los ritos puedan cambiar. El rito de Osiris, por ejemplo, recuerda al rito cristiano de la encarnación divina, misterio de la muerte y resurrección. Jesús mismo fue instruido en su estancia en Egipto. Isis, Osiris y Horus forman una trinidad. Osiris es el Cristo eterno que enseña el camino del retorno al Padre, cuando los hombres se extravían demasiado en el exterior del mundo.
No hemos caído en este mundo para instalarnos confortablemente…” 
(Louis Cattiaux).

martes, 2 de junio de 2020


En el vientre de la ballena, por Federico González.
Me digo que cualquier acción está contaminada. Me paraliza la idea de escribir líneas fútiles en vano. ¿Qué soy? ¿Qué he sido? Esa nada asumida ¿qué significa? ¿Cómo no conocer que uno es sólo un símbolo?
Este sol es más parecido a una piedra que a cualquier otra cosa.
De la radiante soledad del Centro se ha extraído este nuestro mundo, creando así el espacio y el tiempo de los hombres. Esta asombrosa precisión es la ingeniosa rutina de la divinidad. No es nada más que una sucesión de trucos, donde los hombres se reproducen y devoran.
La llave perdida en la gruta de la montaña sirve para un punto en el que se marca la entrada.
A mis casi cincuenta años debo pensar en la vejez. Estoy bastante reventado, necesitando descansar a veces. No podré satisfacer jamás mis deseos. Por fin he comprendido que es imposible poseer.
El fuego arquetípico no quema, pues es una Idea; dependemos de los astros como emisarios del destino.
Existe un pájaro sublime. Hay que buscar su huevo, que has de cortar con una espada llameante.
Aquello que pretendemos ser ha sido aprendido de alguna manera, no es nuestro en absoluto; simplemente, no somos. A esta nada total conviene disimularla ordinariamente, no sea que se note que somos actores, creyéndose roles.
Los hombres son algo potencial, pegoteados en su propio medio. Autocompasión compartida es su propia existencia.
Quien se aburra muchísimo de reincidir en historietas, quizás pueda comprenderé que él es una cosa diferente.
Cómo se abre y expande el naranjo a través de su perfume, así inversamente nosotros. Los hombres estamos respirando mecánicamente, consumiendo existencia, sintiendo en forma condicionada, pensando de manera literal. ¡Deteneos! 
El caballero es un símbolo: un hombre que maneja una bestia. Son fuertísimos los caballos. El caballero y su vehículo son un solo animal jerarquizado. El que ha domesticado sus pasiones ignorantes, está bien dispuesto a aceptar lo que le espera.
Tu nombre es silencio. Tu nombre es no. Inventor de todo lo imaginable y de la imaginación misma.
Las manifestaciones naturales son deidades caídas que comparten nuestra suerte.
La ingenua idea que tengo es la de abandonarlo todo y dedicarme a la búsqueda de la verdad. Las posesiones más esclavizadoras son las mentales, conformando nuestra personalidad, hasta que se descubre que ese dios es el demonio.
Hay tres mundos en este mundo y el conocimiento de los planos ocultos que los conforman, deviene el trabajo del hermético. Son tres los colores graduales de la transmutación. El rojo se asocia a la fe para encarnar el Conocimiento; el verde a la regeneración y el blanco simboliza la plenitud. Del color negro, diremos que se asocia con el No-Ser.
¡Sálvame Señor del condicionamiento que me ha impuesto la burguesía ilustrada!
Nos han convidado a un festín y nos contentamos con las migajas. Pasamos el tiempo entretenidos haciendo morisquetas.
Lo que está implícito en lo horizontal es inmanente en la interioridad de la conciencia; y eso es lo que nos interesa, no el vagabundeo de la encarnación.
Los habitantes del nuevo mundo. Toman conciencia de que deben rescatar una princesa dormida y un tesoro escondido; que es imprescindible matar al dragón, a la serpiente; esos celosos guardianes tienen poderes oscuros que no resisten el ímpetu de los espíritus solares. Se ha desatado la guerra santa en nosotros mismos.
La carta número once del Tarot es la Fuerza, en que una mujer domestica un león. Esa bestia amansada por la princesa es el mismo asno que lleva Jesús hacia Jerusalem. Se trata del gobierno de los elementos materiales, de las pasiones. Deviene el ingreso en los pequeños misterios, simbolizados en la escuadra de los masones. El compás – el círculo-, los grandes misterios.
Más allá del tiempo, la causa obviamente no tiene lugar. Emisarios de otros mundos aprovechan las situaciones de coyuntura o de los mundos astrales para que los espíritus puedan colarse.
Unos abominables espíritus amorfos han venido a perturbarme con sus protoplasmáticas excrecencias, residuos psíquicos que encarnan en un mundo contaminado. Esa basura no tiene poder sobre el mundo que las teme.
El alimento material de los demonios son las ocupaciones de los hombres.
El capitán de las milicias celestes, como la naturaleza, jamás se fatiga. Es el equilibrio y la justicia, no existe nada fuera de él. No tiene par y no cabe otra voluntad que la suya. Optar por ser su subordinado, no es sino hacer lo mejor, dejando atrás lo inexistente.
La fe se vive como lo único que se posee. No tener fe es perder a oportunidad de ser. Nuestra fe nada tiene que ver con la fantasía.
Si os ha llamado el Amo a trabajar, es que la empresa es de la mayor envergadura, digna de los proyectos divinos, donde nuestros egos pequeños no tienen cabida.
Hemos sido condenados a tontera perpetua. Este lugar infrahumano es el infierno, gobernado por el príncipe de este mundo. Arrastrando estamos la maldición de nuestro infantilismo hasta la mansión de Satán, de donde debemos evadirnos inmediatamente.
La idea de que existe una verdad, se va dilucidando a medida que uno se hace mayor y no puede seguir haciéndose el distraído. Entender que todo es un enigma interesantísimo que apenas se comienza a develar, justifica cualquier existencia. El viaje es largo y por etapas. Hay una promesa liberadora y un pacto que compromete por igual a ambas partes.
Todo lo que está en la tierra, puebla los cielos.
La actual patronal nos ha llevado al empequeñecimiento ‘espiritual’ o ambición televisiva. Antaño era nuestro gremio quien gobernaba. Imprescindibles  al hombre, tomando debida cuenta de que esta especie nada sabe. Hoy desplazados, los hombres han supuesto que lo conocen todo. De ahí la simplificación, la vulgarización, la aplicación profana de la Rueda y los horribles deseos perennemente insatisfechos que casi han acabado con los sabios.
Lo invisible es lo más atractivo y verdaderamente conveniente; resulta más raro cuando sabemos que lo hemos tenido desde siempre.
La presencia de seres invisibles detectados sensiblemente son nuestro primer contacto con otra realidad. Otras formas son la imaginación subversiva y la experiencia alucinógena. Zona peligrosísima es la de las primeras intuiciones, azotada por ciertos vientos de locura y el canto de las sirenas, deidades de las aguas inferiores, que amenazan nuestro viaje interno. Es el pálido mundo lunar, área de profundas confusiones. Las primeras destrucciones necesarias para instaurar el hombre nuevo marcan el inicio de la salida del laberinto.
‘No he venido a traer la paz sino la espada’. El Yo ha entablado una lucha contra un millón de egos.
Yetsirah hay que atravesarlo muy cuidadosamente. Sabiendo que nuestra meta es Kether, donde sólo llegarán aquellos que ‘perseveren hasta el fin’.
El héroe y el traidor son una sola persona; somos nosotros. Si se describe la sociedad en que vivimos, no es para criticarla, sino para dejarla definitivamente por hastío.
Una horizontalidad degradada, de idealismo material, culto del ego conforma una personalidad imaginaria.
El séptimo día se descansa; se trata de un día diferente, central en la semana, comienzo y final del ciclo. Un espacio aparte de la sucesión ordinaria y aburrida.
Según el catolicismo, siete son los grados. El bautismo limpia e inicia el paso de las aguas. La confirmación lo reafirma. La purga de la confesión, el tiempo regenera, borrando la culpa y la memoria. Luego con el matrimonio se comprometen los actuantes en la unión a una sola realización suprema, para ser finalmente ‘liberados’ por la extremaunción, cual despertar del último chakra.
Así como se alternan los meses durante el año, lo malo de hoy puede ser mañana bueno y lo que nos sirvió hasta un punto, deviene el enemigo en otro nivel.
Más allá no es fuera, sino dentro. Lo invisible es tal porque jamás podrá verse con los ojos de los sentidos. Confundimos la personalidad con el Yo y creemos que el premio prometido es esta ruindad, esta nada que somos y vemos alrededor. Lo incognoscible no nos es conocido; lo ignoramos todo.
Nuestras concepciones son tan densas como nosotros mismos, que extraemos nuestra personalidad del medio. Un viaje iniciático también es el del pulido de la piedra. En el atanor, lo espeso va quedando abajo y lo etéreo sube.
Si el enemigo es uno mismo, hay que conocerse perfectamente bien para dejar de estar enredándose continuamente.
Zutano, mengano, fulano, perengano o butano contaban historias. Así, todas las historias y la vida nada tienen que ver con todo esto. Padres que luchan y se sacrifican por sus hijos, que a su vez lucharán y se sacrificarán por los suyos, inventando un constante futuro ideal que jamás podrá realizarse, más allá de un mental juego ilusorio que irónicamente llamaremos realidad. Somos una sucesión de esclavos programados, cuya memoria perecerá a poco en el tiempo.
La Rueda es un plano de la realidad que se repite incesantemente. Y la espiral, mostrándonos su salida vertical, alrededor del eje de la esfera, deviene de capital importancia simbólica igualmente. El círculo es el plano del hombre.
Una Tradición unánime asegurada por todas las Sagradas Escrituras es la que debemos pretender asumir. El Cristo interno no ha venido a pedir, sino a reinar.
Lamentablemente se confunde a la humildad con la tontera. El humilde sabe que no tiene nada; el segundo se resigna desde el odio.
Jamás se nos exigirá que demos más de lo que podamos dar.

lunes, 1 de junio de 2020


"No me queda sino callar. O, como es de sano, cuán delicioso es habitar en el desierto para estar en silencio y hablar con Él, con lo dulce que es Dios! De aquí a poco me reuniré con mi Principio y ya no creo que sea el Dios de la Gloria, de quien hablaron los abades de mi Orden, o de Alegría, como creyeron los primeros miembros de la Orden de San Francisco de aquel tiempo, incluso ni siquiera el Dios de la piedad. Dios es tan inconmensurable que nada puede definirlo ni aquí ni ahora. Me deslizaré deprisa en este vastísimo desierto, perfectamente plano e inconmensurable, en que el corazón verdaderamente piadoso sucumba lleno de bienaventuranza. Me hundiré en la Tiniebla divina, en un silencio mudo y en una unión inefable y, en este hundimiento se perderá toda igualdad y toda desigualdad, y en aquel abismo mi Espíritu se perderá a sí mismo, y no conocerá otro igual o desigual; y serán olvidadas todas las diferencias, seré el simple fundamento, en el desierto silencioso en que nunca se aprecia la diversidad, en la intimidad en que nadie se encuentra en su sitio. Caeré en la divinidad silenciosa e inhabitada en que no hay obra ni imagen. Hace frió en el “Scriptorium”, me hace daño el pulgar. Dejo este escrito, no sé realmente para quién, no sé realmente sobre qué; Sigue siendo su nombre la Antigua Rosa mientras los nombres son desnudos"(El nombre de la Rosa, Umberto Eco).

L a caligrafía arábiga tuvo su origen como comunicación entre los hombres y Dios; y Dios quiso comunicarse con sus fieles escogiendo a un ho...