viernes, 30 de diciembre de 2016


Después del sábado, cuando esclarecía el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María vinieron a ver el sepulcro. Y, ¡atención!, había ocurrido un gran terremoto; porque el ángel del Señor había descendido del cielo, se había acercado y había hecho rodar la piedra, y estaba sentado sobre ella. Su apariencia exterior era como el relámpago; y su ropa, blanca como la nieve” (Mateo 28, 1-3).

Debemos comprender el secreto de la tumba vacía, pues se hace preciso que el Ángel retire la piedra a la entrada de la misma, para que el Cristo resucitado pueda aparecérsenos de entre las tinieblas. Curiosamente, es la relación participativa con el mismo, a modo de antesala del suceso, la que propicia dicho encuentro. María Magdalena y la otra María, cual doble dimensión del ser individual ante la correspondencia con su ángel, participan del amor hacia Aquel que se encuentra enterrado en las profundidades de la cueva, siendo así advertidas de la resurrección del que tanto ansiaban volver a ver. Será entonces cuando, en pos de la unión mística, el Amado se convertirá en un espejo que reflejará nuestro secreto semblante.

viernes, 18 de noviembre de 2016

viernes, 16 de septiembre de 2016


"¡Héme aquí, héme aquí, oh mi secreto y mi confidencia! ¡Héme aquí, héme aquí, oh mi meta y mi sentido! Te llamo...no, ¡eres Tú quien me llama hacia Ti!" (La invocación del peregrino a la entrada del territorio sagrado. Husayn Mansur Hallaj).


"Todo lo visible tiende hacia lo Invisible, 
lo audible hacia lo Inaudible, 
lo tangible hacia lo Intangible. 
Y -tal vez- lo pensable hacia lo Impensable" 
(Novalis). 

jueves, 15 de septiembre de 2016



Santo Tomás de Aquino dijo que "Desde el momento mismo de nacer, tiene el hombre asignado su ángel custodio" (Suma Teológica, I,113,5)

Santa Teresa de Jesús recomendó a toda persona a “Angelizarse…ya no quiero que tengas conversación con hombres, sino con ángeles”. La familiaridad de la santa castellana, para con su ángel, le hizo llegar a contemplarlo comúnmente en forma corporal a su lado; por ello, escribió: “hermoso mucho, el rostro tan encendido”; y, en otras ocasiones, oyendo “música de pajaritos y ángeles de que el alma gozaba”. De ello, testimonio personal podría darse aunque, como dijo la propia santa en el capítulo VIII de sus Fundaciones, “Parece hace espanto a algunos sólo oír nombrar visiones o revelaciones…Que cierto no espanta tanto decir que les representa el demonio muchos géneros de tentaciones…cuanto se escandalizará de decirle que ha visto o habládola algún ángel”, por lo que se recomienda toda reserva. 

lunes, 5 de septiembre de 2016

lunes, 29 de agosto de 2016


Desde la perspectiva de Z’ev Ben Shimon Halevi, Moisés nació como centro de conciencia con una madurez por encima del común y sintomático cuál principio de confianza en relación a los asuntos del Espíritu. Moisés, “sacado de las aguas” en relación a los Mundos de la Cábala, representaría la fluidez de la psique “Yetsirah” hacia el mundo natural o “Asiyah”; más su clara percepción del mundo superior “Beriyah”, le hizo no dejar de ignorar su vida interior esclavizada a medida que alcanzaba la madurez. De hecho, el episodio de su vida en que golpea de muerte a un egipcio, ante una injusticia elemental contra un israelita (dice un cuento popular que pronunciando el nombre de Dios), hace valer su voluntad sobre la psique, dominando su propio ego como príncipe egipcio.
La vida de Moisés estuvo dividida en tres partes claramente diferenciadas. Sus 120 años de vida (y, curiosamente, permaneció también 120 días sobre el Monte Sinaí), pues según el Deuteronomio 34, 7 “Moisés tenía 120 años cuando murió”, quedaron repartidos en sus primeros 40 años en Egipto (Hechos de los Apóstoles 7, 22-23 “Y fue instruido Moisés en toda la sabiduría de los egípcios y era poderoso en sus palabras y hechos. Y cuando hubo cumplido la edad de cuarenta años, le vino al corazón el deseo de visitar a sus hermanos, los hijos de Israel”), los siguientes 40 en el país de Madián (Éxodo 7,7 “Era Moisés de edad de ochenta años”) para transcurrir sus últimos 40 durante el Éxodo. Y aquí también podría hacerse la analogía correspondiente entre los mundos cabalísticos de Beriyah, Yetsirah y Asiyah, en relación a los tres períodos.
Pero si adoptáramos otras perspectivas al respecto, como por ejemplo la alquímica, tendríamos un reporte igual de válido. Así pues, recordaríamos que el Mercurio Rectificado, en vez de ser lunar, lleva unos cuernos de un carnero (y Moisés, reza la tradición y recuerdan numerosas representaciones suyas, llevaba 'cuernos' al bajar del Sinaí). En realidad, el número cuarenta no deja de ser un “ciclo” que debe transitarse. Así, las tres obras alquímicas podrían entenderse como tres ciclos, mediante un continuado “solve i coagula”. Y entonces aquí, el primer ciclo de Moisés se correspondería con la Obra al negro, la salida de Egipto. La segunda lo haría con la Obra al blanco, la progresiva iluminación gracias a su suegro Jetro (reflejo de lo trascendente; del Dios más allá de lo ininteligible –AYIN-). Y el tercer ciclo correspondería con la Obra al rojo, donde se debe consolidar una iluminación, más allá de la angelical, mostrándose cuál divinidad de la tierra (aunque de Moisés, al especificarse haber muerto antes de llegar a la Tierra prometida, se insinúa que no habría llegado a completar esta última etapa).

miércoles, 24 de agosto de 2016



La Biblia menciona en particular a sólo tres arcángeles de Dios: Miguel, Gabriel y Rafael, aunque tradicionalmente se han interpretado como siete, en base a los espíritus que menciona el evangelio de San Juan, así como el Libro de Enoc, la tradición judía, cristiana y musulmana (aquí en número que llegaría hasta diez).

martes, 23 de agosto de 2016


Según el Génesis, Dios creó al hombre a su imagen y semejanza (Adán cuál imagen pura y recta de su Creador). Por ello, cuando Moisés experimentó la Presencia divina desde la Zarza ardiente (lo que debería entenderse no implícitamente como un lugar material), que fuese advertido de su verdadera condición (“—No te acerques más —le dijo Yahveh—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa” Éxodo 3:5). 

viernes, 19 de agosto de 2016


"Diez Sefirot procedentes de la Nada. Diez, no nueve. Diez, no once. Entended esto en la Sabiduría y en la Sabiduría entendedlo. Examinadlo y meditad sobre su significado, con el fin de devolver al Creador a su Trono" (Sefer Yetsirah).

martes, 9 de agosto de 2016


Desde la perspectiva sufí, rememoro el hadîth: "He contemplado a mi Señor en la más bella de las formas", desde aquella dimensión transcendente del Espíritu Santo personal, cual guía celestial, en base a la relación de nuestra alma para con esa Inteligencia angelical.


William Blake consideró que la humanidad, como consecuencia de su exclusiva identificación con su cuerpo mortal, había perdido una comprensión del mundo Imaginal, la experiencia de lo numinoso y el conocimiento de su realidad última. 

viernes, 5 de agosto de 2016

sábado, 25 de junio de 2016


En opinión de Platón o Pitágoras, las Celestiales Esferas, con el movimiento natural que tienen, componen una suavísima y agradable música; y así es a fuerza que sucediese, añadió Macrobio, porque el orden concertado del movimiento, es de suyo música suavísima; y si nuestros oídos no pueden ser jueces que sentencien tan suave harmonía, no por ello se ha de descreer o negar pues, según Filón, así lo ha dispuesto el Autor de la naturaleza para dar lugar al uso de los sentidos, los cuales tendríamos ociosos si tan suave música llegase a nuestros oídos.
De lo que se colige, que la música que mueven las Esferas con sus concertados movimientos es, más que música para los sentidos corpóreos, para las almas abstraídas de pensamientos terrenos y avezadas en la consideración de la Divinidad y grandeza de su eternidad.


Y Decía San Pedro Damiano que "Jorge significa un hombre que no sólo cuida de su más seguro aprovechamiento, adelantándose a atesorar las más hermosas virtudes, sino que extiende su cuidado y vigilancia a otros muchos, apartándolos del mal y llevándolos con dulce violencia al bien...Nunca en tan fértil campo y frondoso jardín tuvo entrada la venenosa serpiente de la culpa...Había de ser Jorge aquel sagrado y esforzado luchador que, para bien de la Ciudad de Silene, había de entrar en singular batalla contra aquel Dragón tan fiero, que se había criado en sus pestíferas lagunas".


Dice Gaspar de la Figuera, en su libro "Vida de San Jorge", que las pinturas recurrentes del Dragón, la doncella y el Santo son puramente simbólicas -y nada históricas-; y que "errará el que no descorra la cortina y con juicio o examen, diferencie de la apariencia exterior la sutil inteligencia, que bajo aquellas figuras ocultaron los antiguos cristianos", donde los "contrarios" se hallan en una guerra intelectual, siendo el Dragón el demonio que sale de la oscura caverna y el Santo hace con el Dragón, lo que éste quería hacerle a la "Doncella".
"Había de tener Jorge un alma, que ayudaba con el riego de la Gracia divina, y se había de transformar en un jardín ameno de todas las virtudes, sin permitir con su cuidado que espina ninguna de vicio se arraigase en la bien labrada tierra de su corazón; antes si desvelado en el provecho de otros, había de procurar con sus acomodadas exhortaciones, y dulces reprensiones, apartar a los otros del vicio e inclinarlos en la virtud".

miércoles, 15 de junio de 2016

"Desde lo más hondo, a ti clamo" (Salmos 130,1)


¿Qué podemos decir de Dios? Moisés en el Éxodo lo define: ehyeh asher ehyeh "Yo soy el que es". Abba, Padre en hebreo, lo mentó Jesús así como Elí, Dios mío. Pero, más allá de cómo lo nombremos, su naturaleza es Ser en nosotros.

lunes, 9 de mayo de 2016

Un descuido y podemos caer al foso de los "siete vicios" que arden en el infierno. Los nueve filósofos a la izquierda del Mestre Llull muestran aquí la forma de la duda ante los nueve principios absolutos y relativos -a izquierda y derecha de Ramon Llull, respectivamente- (“ aquests preceptes condueixen des de la torre de la Fe i de la Gràcia als Principis segurs, ja que porten en elles les causes mateixes de la raó disposada a rebre’ls fora del dubte que plantegen vostres qüestions”). Se trataría de una serie de preceptos que, de seguirse, nos encaminarían correctamente hasta lo más alto de dicha torre ("...tot i que Déu auxilia igualment amb la “corda” de la Gràcia, des de on pengen l’intel·lecte, la memòria, la voluntat i les set virtuts").

En el pensamiento mitológico, los animales son seres liminales (relacionados con el “inicio” de algo) que median entre dos mundos, guardianes de los hombres frente a sus enemigos visibles e invisibles y compañeros de las almas en el mundo celestial y subterráneo o apareciendo, en varios contextos míticos de creación, como intercesores o cazadores ante espíritus indignos.
Las prácticas euroasiáticas y amerindias, por ejemplo, enterraban perros en las tumbas de cadáveres, pudiéndose considerar una extensión de aquellos en la otra vida ( los funerales aztecas incluían el sacrificio de un perro para guiar al espíritu humano en su viaje al inframundo, en el que podía conducirle en una canoa a través de un río o pudiéndose comer los corazones de aquellos que no merecían acabar dicha travesía -recordándonos aquí la figura de Anubis, dios egipcio con cabeza de chacal que, asociado al Señor del Inframundo, también acompañaba las almas a la otra vida, sirviéndose del “peso del Corazón” en la balanza que determinaba si el alma tendría permitido su paso en el reino de los muertos-).
La Vía Láctea es conocida de hecho, como la “Senda de las almas”; y 44 constelaciones de estrellas tienen una relación directa con nombres de animales. 

viernes, 15 de abril de 2016


En griego o en latín, abismo significa “sin fondo” (de lo que dan habida cuenta los textos apócrifos), designándose así a aquellos estados “subterráneos” de la existencia misma. Por ello, el caos inferior del ser, lo ctónico, vendría a ser el aspecto del alma caída preciso a redimir; e, igualmente, estaría relacionado con la muerte, cual estado eventual en el que se encontraría dicho estado espiritual. 
Ya en las diferentes tradiciones religiosas, el abismo era la morada del infierno o el refugio de monstruos (el Leviatán por Job como aquella bestia que no convenía ser despertada -e igualmente citada en el Apocalipsis-); pero también sería donde se alojaría potencialmente una virtualidad del alma, una capacidad reintegradora de nuestra condición suprema, en pos de la liberación de la muerte espiritual (Cristo descendió a los infiernos para poder resucitar). En diferentes mitos, como el de Orfeo y Eurídice, al igual que con Lot y Edith en Sodoma, al quererse encontrar atrás aquello con lo que identificarse plenamente, lo perdían irremediablemente. Y es que se hace preciso dejar atrás toda condición del pasado que, cual rémora, pueda impedirnos progresar en nuestra realización espiritual. 

lunes, 1 de febrero de 2016


“Y le echó el Señor Dios del paraíso de deleites, para que labrase la tierra de que fue formado. Y desterrado del paraíso de las delicias, un querubín con espada de fuego, que andaba alrededor para guardar el camino que conducía al árbol de la vida” (Génesis 3, 23-24). 
Quizás debamos transitar desde el Infierno, para poder regresar al Paraíso, pues se presta esta lectura a entender que el mismo se halla en su centro; morir para regresar a la Vida, nuestra gran paradoja existencial. 

domingo, 17 de enero de 2016


Desde la antiguedad, la humanidad ha dispuesto un orden terrenal, cual reflejo del celeste o divino, buscando reunir ambos sin contradicción y disponiéndose así la santificación de un lugar habitable en aras de una "imago mundi"; lo cual deberíamos trasladarlo a nuestra inmediatez, intrínsecamente más allá del lugar dedicado exclusivamente al culto. 

Según el Zohar, la Torah sale de la boca de Dios; “No sólo de pan vivirá el hombre, sino de todo aquello que sale de la boca del Señor” (Dt. 8,3). La “Torah sobre la boca”, junto a la Torah escrita, rememoró en su día Isaac el Ciego (1160-1235 dC.) que debíamos aunar nuevamente.
"La Torah escrita con fuego negro sobre fuego blanco”.

martes, 5 de enero de 2016



“Encontrar es perderMe y perder encontrarMe. Si llegaras a descubrir el asimiento, conocerías entonces la existencia real” (Ibn Arabî).
¡Si dejas la forma limitada, Me verás! (Según nos volvamos hacia la realidad incondicionada).
El “Asimiento” (Ajd), en relación al mencionado en la aleya 172 de la séptima Sura (Los Lugares Elevados), reza así:  
“Y cuando tu Señor sacó de los riñones de los hijos de Adán a su descendencia y les hizo atestiguar contra sí mismo: ‘¿No soy Yo vuestro Señor?’ Dijeron: ‘¡Claro que sí, damos fe!’ No sea que dijerais el día de la Resurrección: ‘No habíamos reparado en ello”.

En esta aleya, se alude al “asimiento señorial”, pues Dios (Rabb), tomó (ajada) a la descendencia adánica de las ‘espaldas’ de los hijos de Adán; donde el “asimiento” sería el acto divino de ser “cogido” el siervo ‘por su espalda’ –o sea, por su parte ‘oculta’, que se sobreentendería eterna desde una perspectiva preterrenal, en la que ya se habría dado testimonio de Dios como único Señor, a fin de darlo igualmente en el día de la Resurrección-. 

domingo, 3 de enero de 2016




Según Alain Daniélou, el Yin Yang habría llegado a Oriente procedente del Shivaísmo (“El centro sutil situado en la base de la columna vertebral constituye un triángulo de deseo, saber y acción que forman el Yoni, en cuyo centro se levanta el Linga nacido de sí mismo, brillante como mil soles” –Shiva Purâna-).
Los misterios de Osiris habrían llegado a Egipto también desde la India (a lomos del toro de Shiva) y posteriormente confeccionarían los cultos mistéricos a Baco y Dioniso, devenidos igualmente desde el propio Shivaísmo.

Casi a la par, los arios nórdicos -emparentados con aqueos e iraníes- habrían trasladado sus dioses a los preexistentes en la antigüedad grecorromana, así como al Irán avéstico, habiéndolos enfrentado al llegar a la India primero con el Shivaísmo, para luego integrarlo a la religión védica.    

sábado, 2 de enero de 2016


"Yo estoy asociado a Tí en la existencia, pero Tú no estás asociado a mí en la inexistencia" (Ibn Sawdakïn).

L a caligrafía arábiga tuvo su origen como comunicación entre los hombres y Dios; y Dios quiso comunicarse con sus fieles escogiendo a un ho...