viernes, 5 de mayo de 2023

 


"Amarás a tu prójimo como a ti mismo"..."Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia" (Lucas 10, 29-34). Pienso honestamente que podríamos tomar a Dios por el prójimo, siendo aquí el hombre que "descendía de Jerusalén" el propio Yahvé que, maltrecho por los demonios, pasa desapercibido a nuestro lado; sólo el buen samaritano es quien acaba reconociéndolo.

 


Dios no puede ofrecerse a nuestra inteligencia más que bajo la apariencia de lo irreconocible. Pedirle, por ejemplo, al místico que nos demostrara lo que dice, implicaría una contradicción; sería como pedirle al sol que deje de brillar para que podamos verlo. La vida de los dualismos es noche, tinieblas del alma, como reza el Bhagavad Gita. 

L a caligrafía arábiga tuvo su origen como comunicación entre los hombres y Dios; y Dios quiso comunicarse con sus fieles escogiendo a un ho...