domingo, 3 de enero de 2016




Según Alain Daniélou, el Yin Yang habría llegado a Oriente procedente del Shivaísmo (“El centro sutil situado en la base de la columna vertebral constituye un triángulo de deseo, saber y acción que forman el Yoni, en cuyo centro se levanta el Linga nacido de sí mismo, brillante como mil soles” –Shiva Purâna-).
Los misterios de Osiris habrían llegado a Egipto también desde la India (a lomos del toro de Shiva) y posteriormente confeccionarían los cultos mistéricos a Baco y Dioniso, devenidos igualmente desde el propio Shivaísmo.

Casi a la par, los arios nórdicos -emparentados con aqueos e iraníes- habrían trasladado sus dioses a los preexistentes en la antigüedad grecorromana, así como al Irán avéstico, habiéndolos enfrentado al llegar a la India primero con el Shivaísmo, para luego integrarlo a la religión védica.    

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