sábado, 14 de enero de 2012

No puede constituirse un mito más que en la medida en que revele la existencia y actividad de seres sobrehumanos; y cuando el mito deja de ser progresivamente reconocido como tal revelación, va degradándose hasta convertirse en una leyenda o un cuento. Más existe una continuidad entre el mundo mitológico en el plano onírico, donde puede así servirse el mito de los sueños, a modo de "aura religiosa". Y es que toda religión religa, nos revela (descubre, quitando el velo) las cosas sagradas. "In illo tempore" -cual tiempo sagrado de los principios-, una historia sagrada tuvo lugar, sirviéndose de los mitos para ejemplarizar un modelo de comportamiento arquetípico del ser en pos de la pureza de su esencia, actualizando así un misterio que se reintegra en ese tiempo sagrado primordial. 

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