jueves, 9 de abril de 2015



Buda se retiró a las montañas para sopesar el devenir de este mundo, en constante transformación, en el que nacemos, crecemos y morimos. Y Buda vislumbró que, mientras todo nace y muere, debía haber algo que no fuese de igual manera afectado. Dicha percepción recibe el nombre de prajna, esencia sobre la que orbita la enseñanza budista Mahayana.

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