viernes, 10 de abril de 2015


"Ya que la bienaventuranza no es más que el disfrute del sumo Bien, y el sumo Bien está por encima de nosotros, nadie alcanza la felicidad si no se trasciende a sí mismo, no con el cuerpo, sino con el corazón. Pero no podemos elevarnos sobre nosotros mismos sino a causa de una fuerza superior que nos levante" (San Buenaventura).

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