viernes, 14 de agosto de 2015


En mitad del siglo XII, la "Historia de Noruega" recoge diferentes episodios de éxtasis, como legado escrito de lo que se comúnmente ha venido a llamarse "brujería". Paso a detallaros un capítulo relacionado con un pueblo del norte de Noruega, en Laponia, titulado “los fineses”:
“Los lapones veneran un espíritu inmundo denominado ‘gandus’, gracias al cual hacen profecías y son capaces de ver cosas alejadas y descubrir tesoros ocultos. Un cristiano que comercia con ellos está comiendo en su casa cuando de pronto expira la anfitriona. Sin mostrar desconcierto ni aflicción, los compañeros de la muerta le explican que ésta ha sido víctima de un ‘gandus’ hostil y que van a devolverla a la vida. Uno de ellos es mago. Extiende una sábana en el suelo, se instala encima para pronunciar hechizos sacrílegos, levanta en sus manos un vaso en el que hay imágenes de ballena, de ciervo, una barquita con sus remos, pequeños esquíes con sus correas -vehículo que emplea el diabólico ‘gandus’ en la nieve alta, en las pendientes montañosas y en las ciénagas profundas-. Comienza entonces el mago sus hechizos cantando y dando brincos, se derrumba luego sobre el suelo, negro como un etíope, espumeando por la boca como un frenético y, con el vientre desgarrado, entrega el espíritu con un rugido. Las demás personas piden entonces consejo a otro experto en artes mágicas, que hace lo mismo que el anterior, pero con éxito. La dueña de la casa volvió a la vida, así como el mago difunto, que cuenta que habiendo su ‘gandus’ tomado forma de ballena, se encontró con un ‘gandus’ enemigo metamorfoseado en estacas aceradas, sujetas al fondo del mar, y que le habían abierto el vientre”.

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