El término sánscrito Âtman nos retrotrae a “uno mismo”,
designándose desde el Hinduismo así al alma (debiéndose la coincidencia no sólo
fonética) desde los Upanishad, que instan a definir Âtman o “Sí-mismo”, cual
reflejo del Absoluto (Brahman) en cada ser. Y dicha presencia (recordemos que
siempre real) no se nos podría mostrar
sin ambages, a causa del apasionado engaño de la ignorancia primordial (avidyâ).
Ignorancia primordial que, desde el Absoluto hasta lo
relativo, se aliaría con nuestra condición humana perecedera y su conciencia
individualizadora para mantener, cual reflejo múltiple de Brahman en la
existencia, oculta dicha manifestación del Absoluto que yace en toda alma
inmortal–simbolizado en Âtman-.
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