jueves, 27 de julio de 2017


Nuestra identidad separada tiene su fundamento en el deseo y el apego, lo que es inherente al sufrimiento que sentimos en base a dicha identificación. No obstante, por más sufrimiento que experimentemos -y el sabio puede experimentarlo, más éste no le hará daño-, no lograremos trascenderlo más que dejando de lado todo ego o apego. Y es que, por más sufrimiento que experimente todo individuo, su verdadero sí mismo jamás se sentirá amenazado. 


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