jueves, 26 de julio de 2018


Cuando consigas alcanzar la percepción y comprensión puras, no necesitarás buscar milagros porque estos vendrán solos.
No permitas que los demás te confundan y, cuando debas actuar, hazlo sin el menor titubeo ni duda.
En el mundo no hay nada estable. El cruel demonio de la impermanencia no distingue entre clases altas o bajas, ancianos o jóvenes.
La luz pura mora en tu interior, es la sabiduría de tu Buda interno.
Sé sencillo. Deja a un lado toda preocupación y artificialidad. Estamos buscándonos obsesivamente en los demás. Es un grave error.
Debes ser independiente dondequiera que te halles; y te librarás espontáneamente de todos los hábitos nocivos.
Si quieres llegar a cortar todas tus ataduras, debes alcanzar la percepción verdadera. Cuando eliges lo sagrado y desprecias lo profano, todavía te hallas inmerso en la ilusión.
Deja en paz tus pensamientos y no busques nada fuera de ti. Presta atención a las cosas tal como aparezcan. Atiende sólo al presente, despreocupándote de todo lo demás.
Hay algunos que, tras comer hasta hartarse, buscan el silencio y se sientan a meditar zazen; esto es una forma desviada del Zen.
Los embaucadores proclaman la existencia de un camino y de una verdad religiosa, pero ¿a qué camino y a qué verdad se refieren? ¿De qué careces en este mismo instante? ¿Qué más necesitas?
No te identifiques con lo que encuentres dentro o fuera de ti. Olvida la religión, la tradición y la sociedad. Cuando dejes de aferrarte a los objetos, obtendrás la libertad.
Yo no tengo ninguna doctrina que enseñar. Solo abro grilletes.
El movimiento y la quietud son dos estados. El maestro Zen utiliza tanto lo uno como lo otro (Maestro Linji).

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