jueves, 11 de abril de 2019


"Bienaventurado el hombre que vive en la virtud! El que no busca su propio bien en ninguna parte, ése vive en Dios. Para semejante hombre es un placer dejar todas las cosas. Mientras el hombre siga unido al tiempo, al espacio, a la cantidad, se equivoca y Dios para él sigue siendo extraño. Nuestro Señor dice: 'Aquel que quiera ser mi discípulo, debe renunciar a sí mismo...Renunciad a vosotros y asumid un ser perfecto donde la voluntad sea recta. Quienquiera que haya renunciado a toda su voluntad, oye mi palabra'...Y es que el alma empuja a las cosas exteriores pero también es movida por el Espíritu Santo" (Maestro Eckhart).

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