miércoles, 20 de abril de 2022

  


“El poder temporal queda simbolizado en la mano de Cristo con el 'Globo del Mundo'. En Cristo, los dos poderes, sacerdotal y real, autoridad espiritual y poder temporal, se encuentran inseparables. Sólo la autoridad espiritual puede conferir la investidura y plena legitimidad a la realeza. En otros términos, desde el momento en que el sacerdote, de manera habitual, no es al mismo tiempo rey, es preciso que el rey y el sacerdote obtengan sus poderes de un origen común, donde el sacerdote desempeña el papel de 'mediador' entre el Cielo y la Tierra; como dice San Bernardo, el Pontífice es una especie de puente entre Dios y el hombre. Los poderes del sacerdote y del rey proceden del Verbo divino. Así, Cristo como manifestación del Verbo en este mundo, debe ser realmente sacerdote y rey. ¿Cómo es que Cristo surgió de la tribu real de Judá y de la familia de David, y no de la tribu sacerdotal de Leví y de la familia de Aarón? ¿Qué necesidad había de que surgiera otro sacerdote llamado 'según la orden de Melquisedec' y no 'según la de Aarón'?

De modo que el Cristo es sacerdote según el orden de Melquisedec y, en virtud de ésta, es la realeza lo que le pertenece. No pueden estar uno y otra separados, ya que Melquisedec es sacerdote y rey a la vez, la figura del Principio en el que ambos poderes están unidos, de la misma manera que ofrece la Eucaristía con el pan y el vino (“Melquisedec, rey de Salem, presentó pan y vino, pues era sacerdote del Dios Altísimo y le bendijo – a Abram-”; y diole Abram el diezmo de todo” -Genesis XIV, 18-20-). Dijo San Pablo de Melquisedec: 'Es Melquisedec rey de justicia y, además, rey de Salem, es decir, rey de paz, sin padre, ni madre, ni genealogía, sin comienzo de días, ni fin de vida, asemejado al Hijo de Dios' -Epístola a los Hebreos VII, 1,3-). Así pues, el sacerdocio según la orden de Melquisedec es superior al sacerdocio según la orden de Aarón. Cristo es el 'Verbo Eterno', tal como declara San Juan al principio de su Evangelio: 'sin Él nada se hizo de cuanto existe'. La Paz y la Justicia son los atributos de Melquisedec. Cristo es llamado 'Sol de Justicia' y 'Príncipe de la Paz' (“Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo” -San Juan XIV, 27-).

La lengua hebrea designa a Melquisedec (Melki-Tsedeq, en hebreo) como “El Elion”; y “El Elion” es el equivalente de “Emmanuel”, pues ambos tienen el mismo valor numérico (197). Dos denominaciones del mismo principio divino; en el mundo celeste él es “El Elion” y su manifestación en el mundo terrestre es “Emmanuel” (Dios en nosotros). El sacerdocio cristiano implica, con la ofrenda eucarística en las especies del pan y del vino, deviene “según la orden de Melquisedec”.

Volvemos a encontrar la unión de ambas funciones en los Reyes Magos, ahora bien, éstos rinden homenaje a Cristo, ofreciéndole oro como rey, incienso como sacerdote y mirra como profeta; los tres mundos: terrestre, intermedio y celeste” (René Guénon).


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