sábado, 16 de abril de 2022



La experiencia precósmica de aquello que no puede nombrarse, dio lugar a una Androginia Primordial, cuál primera dualidad en la unión entre el No-Ser y el Ser. Dios deshizo esa unión y trazó así un límite en la Tiniebla preexistencial, brillando como luz divina, ya que nada ha sido creado en vano, debiendo todo lo manifestado volver a su origen. Y es que aunque la creación no sea Dios, Él está en la creación. Somos ahora nosotros quienes debemos realizar dicha unión, fuera del tiempo y del espacio, para vivir simultáneamente el Ser y el No-Ser. 

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