martes, 17 de enero de 2017


Según Ibn Arabi, en el “descenso del mundo de los arquetipos”, las luces y colores reflejados entre la existencia (wojûd) y la manifestación (zohûr), indicarían que un color pudiera existir a pesar de no encontrarse manifestado –en la línea de la teosofía chiíta-, como indica el versículo coránico “No hay cosas cuyos tesoros no existan junto a nosotros. Nosotros no las hacemos descender más que en una proporción determinada”. Así pues, por esos “tesoros” deberíamos entender todos los fenómenos, cuales arquetipos asumidos como “descensos” desde los mundos superiores. 

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