jueves, 20 de marzo de 2014


“Dios, en su Esencia eterna, no se somete al sacrificio; no obstante, como el sufrimiento del hombre divino no tendría su alcance real sin la presencia en él de la Naturaleza divina, el sacrificio no deja de recaer, en cierto modo, en Dios. Del mismo modo –y según la doctrina hindú- Purusha, en cuanto que Ser supremo, no puede ser sometido a los límites del mundo en el cual y por el cual se manifiesta; sin embargo, Él asume estos límites, porque están contenidos, como posibilidades, en su propia infinitud” (Titus Burckhardt).

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