viernes, 21 de abril de 2017


Aún cuando los nombres de los ángeles son anónimos, puesto que acostumbran a rehusar darlos cuando son interrogados al respecto (como le sucediera a Jacob), en el Libro de Daniel se indican los nombres de Gabriel y Miguel. Lo que ocurre es que acostumbran a ser denominados, según sus misiones ('el ángel que me ha liberado de todo mal' en Génesis 48,16; ‘mi nombre es maravilloso’ en Jueces 13,18; 'el ángel que destruye' en 2 Samuel 24, 16 y 'el mensajero de la Alianza' en Malaquías 3,1). No obstante, según el Talmud, se harían también referencia a dos nombres más, uno en el versículo del Éxodo 14,27 "Precipitando así Yahveh a los egípcios –Mizraim- en medio del mar”; y en Daniel 4,28 "Aún tenía el monarca la palabra en su boca, cuando una voz -Kal- descendió del cielo".

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