En el Bhagavad-Gitā, Krisna disipó toda duda al héroe Arjuna, al indicarle que el hombre debía actuar siempre según su dharma (ley o deber), sin tener en cuenta ni el éxito, fracaso o recompensa, y careciendo completamente su acción de todo deseo. Y es que, mediante el acto sin deseo, la persona puede transitar la Vía del Conocimiento.
Según el Hinduismo, la salvación deviene por tres senderos: la Acción (karmamārga), el Conocimiento (jñanamārga) y, mediante el yoga y la meditación, la Devoción divina (bhaktimārga).
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