miércoles, 31 de julio de 2013

Indiferenciado e incondicionado es el Principio de los principios, el Ain-Soph (el infinito) judío, el Tao Chino o el Absoluto de los Upanishads védicos. En el caso específico de la Cábala, su gnosis incide en la aparente oposición entre la transcendencia del Dios infinito y su inmanencia en el mundo. Así, Dios es transcendente y no puede ser descrito, mientras que su presencia en la Tierra se vislumbra gracias a la inmanencia en sus sucesivas emanaciones; y ese juego divino se multiplicará infinitesimalmente en medio de un "vergel sefirótico".

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