viernes, 4 de julio de 2014


Hay dos tipos de silencio: de la lengua y del corazón. Quien acalla su lengua, alivia su carga; quien acalla ambos, purifica su alma. El silencio de la lengua deviene en las personas espirituales; y del corazón, en la gente contemplativa. El Corán, por ejemplo, dice de su profeta "que no habla movido por bajos deseos. Sólo la Revelación es revelada" (Corán 53, 3-4).

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