Homero mencionó a la Siria primitiva (cual "tierra solar" donde se hablaría la lengua siríaca o adámica), situándola allende Ogigia (lo que nos permitiría asociarla con la Thulê hiperbórea), isla en la que pasó prisionero Odiseo/Ulises siete años de su vida, en manos de la ninfa Calipso. Plutarco escribiría también sobre la isla de Ogigia, indicando que allí el sol era visible veinticuatro horas, pues disfrutaba de días más largos...
lunes, 14 de diciembre de 2015
El término sánscrito Âtman nos retrotrae a “uno mismo”,
designándose desde el Hinduismo así al alma (debiéndose la coincidencia no sólo
fonética) desde los Upanishad, que instan a definir Âtman o “Sí-mismo”, cual
reflejo del Absoluto (Brahman) en cada ser. Y dicha presencia (recordemos que
siempre real) no se nos podría mostrar
sin ambages, a causa del apasionado engaño de la ignorancia primordial (avidyâ).
Ignorancia primordial que, desde el Absoluto hasta lo
relativo, se aliaría con nuestra condición humana perecedera y su conciencia
individualizadora para mantener, cual reflejo múltiple de Brahman en la
existencia, oculta dicha manifestación del Absoluto que yace en toda alma
inmortal–simbolizado en Âtman-.
jueves, 3 de diciembre de 2015
Arché (arjé, arkhé, fuente, principio, origen, ἀρχή) es un
concepto filósofico griego de la Antigüedad que diferentes filósofos
relacionaron con los cuatro elementos (presocráticos) o, más concretamente, con
la quintaesencia oculta que se identificaba con el caos inicial, suprema
divinidad.
En
la escuela de Apolonia, por ejemplo, se desarrollaron postulados que abogaban
por recuperar las virtudes del "Justo medio", basados en crear nuevas
instituciones que regularan la cotidianidad de la Polis.
En
base a dicho concepto, nació la Syn-Arkhé (en armonía, orden o equilibrio) y,
por ende, su reflejo político, la Sinarquía.
Sinarquía
es el orden establecido mediante el que se constituye un principio de gobierno
en aras de la fraternidad y equidad social; deriva de Arkhé, siendo los
arkhontes o "príncipes" aquellos que tenían el deber o misión de
establecer el Orden y la Armonía en la Polis.
Desde
Solón (594 aC) hasta la muerte de Pericles (429 aC) y la Guerra del Peloponeso,
estos príncipes contribuyeron al verdadero movimiento democrático. En el 598 se
funda la mentada Academia de Apolonia (escuela mistérica del dios solar
homónimo), que intentó -y consiguió durante cinco siglos alcanzar a prohombres como
Alejandro Magno y César Augusto-, influir en el inmediato gobierno de Clinesteo
-abuelo de Pericles-, colegiado de sabios y místicos, cual poder económico,
cultural y religioso a través de los arcontes; pero debía ser el Pueblo (Demos)
quien impusiera las condiciones "democráticas" de dicho orden, con
una participación no universal, pero en el que participaba un amplio sector de
la población, no participativo del poder económico de ésta.
Y
es que "demos-kratos" reclama el gobierno del pueblo, floreciendo en
Atenas especialmente durante el "siglo de oro" de Pericles (quien
fuera discípulo de Anaxágoras, Protágoras y Zenón) y en contra de la creencia
popular de haber representado a la tiranía, habiendo no sólo convertido la
Acrópolis de Atenas en el máximo exponente de democracia hasta la actualidad,
sino luchando contra la oligarquía ateniense que acabó imponiéndose a su muerte.
Por
ello, el Hombre debería ser el continuador de la labor del Arché del Cosmos,
teniendo como referentes contemporáneos a personajes de la talla de Pericles,
Alejandro Magno o César Augusto.
viernes, 20 de noviembre de 2015
"Blanco, en hebreo labán, puede ser leído como leb-ben, 'hijo del Corazón', que en lenguaje cabalístico indica al justo que se alimenta de su propio Corazón. Los justos y piadosos en Israel -anota el Bahir- que se elevan por encima de sus méritos, se alimentan de su Corazón y el Corazón los alimenta. Lo blanco es la energía, el encendimiento metafísico que transporta la sangre, sol líquido, vino secreto. La transubstanciación" (Mario Satz).
"Existencialmente, diremos que es el hombre quien se revela a sí mismo algo como Dios. Teológicamente, es Dios quien se revela al hombre...Revelándose al hombre, el Dios personalizado de la teosofía personal revela el hombre a él mismo, y revelando el hombre a él mismo se lo revela a sí mismo y se revela él mismo a sí mismo. De una parte y otra parte, el ojo que mira es simultaneamente el ojo mirado. Toda teofanía (desde el grado mínimo de la visión mental) se cumple en la simultaneidad de esos dos aspectos" (Henry Corbin).
viernes, 13 de noviembre de 2015
“Las obras de los hombres dejan de ser correctas cuando la Inteligencia
les retira su asistencia. Si su razón lo abandona, el hombre se vuelve loco y
comete acciones desagradables, pues ha perdido su ayuda y la protección de la
inteligencia. La inteligencia es del mismo género que el ángel: el ángel tiene
un rostro, alas y plumas; la inteligencia no los tiene, sin embargo son
idénticos, ambos actúan de la misma manera y tienen la misma naturaleza. Esta semejanza
no se reconoce en su forma, pero en verdad tienen una acción idéntica. Descartando
su forma, los ángeles son inteligencia pura –nada queda de sus alas y sus
plumas- y nosotros sabemos que no eran sino inteligencia pura antes de su
encarnación….La condición del hombre es ésta: se han tomado las plumas del
ángel y se las ha atado a la cola de un asno, con la esperanza que este asno,
por la luz y la gracia del ángel, se convierta en ángel” (Rumi).
El cielo evoca inmediatamente el ámbito divino, desde la trascendencia divina que por su imagen simbólica deviene, regulando el orden de nuestra existencia, mostrándonos el ritmo cósmico que rige dicho devenir, así nos riegue la lluvia que garantiza la fecundidad de la tierra o permita, en su justa medida, la labor de nuestro astro Sol.
“Monoteísmo y politeísmo corresponden a dos aspectos de la
Divinidad: la trascendencia y la inmanencia. Con respecto a su creación, Dios
es la vez trascendente e inmanente: trascendente en su Esencia e inmanente por
su actividad, puesto que el universo tan sólo subsiste por ese poder…Una
separación radical entre Dios y el universo es la postura del monoteísmo; pero
también podemos poner el acento en la inmanencia, sin negar por ello la
trascendencia (si no, se cae en la idolatría). En la perspectiva monoteísta, el
carácter divino pertenece únicamente a Dios; en la perspectiva politeísta
también se confiesa la Unidad divina, pero se admite que las diferentes clases
de seres reciben, por el acto creador mismo, algo de la Divinidad y poseen en
sí algo en cuanto reflejos de su fuente.
Por otra parte, en Dios se distingue entre la Esencia divina
y las Cualidades, Atributos o Nombres divinos, que son ‘aspectos’ de la
Divinidad, pero no su suprema Aseidad. A partir de ahí, el politeísmo admite
que estos Atributos divinos pueden hipostasiarse, presentándose como ‘dioses’
que rodean al Dios supremo, mientras que los seres que reflejan en alto grado
dichos Atributos son igualmente llamados ‘dioses’, pero ocupan un orden
naturalmente inferior a los grandes ‘dioses’, correspondiendo con los ‘ángeles’
del monoteísmo" (Jean Hani).
jueves, 15 de octubre de 2015
"En la verdadera obediencia no se ha de encontrar ningún 'lo quiero así o asá' o 'esto o aquello', sino tan sólo un perfecto desasimiento de lo tuyo. Y, por lo tanto, en la mejor de las oraciones que el hombre sea capaz de rezar, no se debe decir ni '¡Dame estad virtud o este modo!', ni '¡Ah sí, Señor, dame a ti mismo o la vida eterna!', sino solamente '¡Señor, no me des nada fuera de lo que Tú quieras y haz, Señor, lo que quieres y como lo quieres de cualquier modo!'" (Maestro Eckhart).
viernes, 4 de septiembre de 2015
śrī kṛṣṇa govinda hare murāre /
he nātha nārāyaṇa vāsudeva //
Estos versos, que son nombres del dios Vishnu, bien sus atributos físicos o sus cualidades espirituales en la encarnación de Krishna, vienen a representar la entrega a Dios cual refugio final en la devoción y fe que para lo Divino nada es imposible.
(En la imagen, plegaria que Draupadī dirige a Krishna).
El Mahabharata trata la guerra entre los hijos de los hermanos Pandu y Dhritarashtra, con hazañas imposibles de realizarse posteriormente, a modo de los héroes de la Ilíada o la Odisea, siendo aquí éstos herramientas de Khrisna; por eso, éste aconseja prescindir de los valores del bien o el mal y sí encarar, en cambio, la acción a la que el destino nos insta.
Tanto en el Mahabharata como en el Ramayana, máximos exponentes ambos de la epopeya hindú, se recalca los deberes de todo buen rey que se precie, dedicándose por una parte a los brahamanes, con la guía del Dharma en todas sus acciones y, por otra parte, buscando al Avatar que ayude a triunfar al héroe.
Sobre el año 1000, la Alquímia había llegado a Europa de la mano del Islam, haciéndose debidamente eco por mediación de Ramon Llull, Alberto Magno, Arnau de Vilanova, Roger Bacon o Marsilio Ficino (a pesar de su arte ser prohibida por el Papa Juan XXII en 1317, cuando uno de sus máximos impulsores fuera, 325 años antes, su antecesor Silvestre II, quien propiciara que la Alquímia se extendiese por la mayoría de monasterios europeos).
"¿Por ventura puede el junco conservarse verde sin humedad? ¿O crecer sin agua un carrizo? Estando todavía en flor y sin que mano ninguna lo toque, se seca primero que todas las yerbas.
Tal es la suerte de todos los que se olvidan de Dios; y así pasará en humo la esperanza del hipócrita" (Job 8,11-13).
En enero de 1666, el artista Elías le mostró a Helvecio tres trozos de la sustancia que guardaba en una cajita de marfil astutamente disimulada. Y aseguró que bastarían para obtener veinte toneladas de oro. Al parecer, Helvecio opinaba que las operaciones de la alquimia, como las operaciones de la verdadera Voluntad, implicaban a todo el cosmos y, para que funcionase la verdadera magia, los Cielos y la Tierra deben andar de acuerdo.
"El perfume de tu cercanía es suficiente para hacerme despreciar de toda la creación; el infierno no es nada en comparación con mi vacío cuando Tú me abandonas; perdona a las criaturas y no a mí; yo no batallo contigo por mí mismo y no Te reclamo lo que me es debido...Es suficiente para el místico cuando en él su Uno es el único en testimoniarse" (Hallaj).
"La aspiración del budista no es la de elevarse hacia lo ilimitado o fundir su consciencia finita en la Supraconciencia, ni unir su alma al alma universal; su fin es más elevado: hacerse consciente de esa totalidad, indivisa e indivisible, que ha existido siempre...El universo toma conciencia de lo individual, pero sin reciprocidad, y es precisamente en medio de este proceso donde se alcanza la plenitud. Y allí no se puede ya hablar de individuo o universo. Allí sobrepasamos ...el OM, por así decirlo, la meta suprema de las aspiraciones védicas...La noción de 'ego' y la de 'universo' no son más que lo interno y lo externo de una misma ilusión. La realización de la plenitud, sin embargo, ofrece todos los rasgos de la universalidad, sin necesidad de hipótesis del cosmos exterior; ofrece igualmente todos los rasgos de la experiencia individual, sin la suposición previa de la idea del yo" (Anagarika Govinda).
"Mientras que cambiar la hora puede ser una idea práctica a causa de los horarios y todo lo demás, es importante saber qué hacemos cuando hacemos algo. También es de suma importancia saber que estamos cambiando un tipo de medición y que ese tipo de medición ha sido hecho por nosotros y que el reloj también es una invención propia... Ello nos conduce al misterioso estado mental en el que solemos encontrarnos cuando discutimos sobre los problemas de la conducta y el pensamiento... humanos.
La gente quiere basar sus acciones e ideas sobre algún tipo de autoridad. Y ello resulta extraño en el caso de los cristianos, porque de Jesús se dice que habló como alguien dotado de autoridad y no como los escribas. Tener autoridad es algo muy diferente de seguir a la autoridad; ya saben, los escribas eran de esa clase de personas que nunca decían nada a menos que pudieran citar a alguien más que lo hubiera dicho con anterioridad, como algún gran rabino del pasado a quien el tiempo hubiera dado la aureola de divinidad...Al mismo tiempo, podríamos pensar que tal argumento podría provenir de una persona atea. Alguien que cree que el universo es un proceso a la deriva sin ningún tipo de autoridad tras todo ello. Que el hombre se encuentra inmerso en este proceso y que debe hacerlo lo mejor que pueda. Creo que ésta es la dificultad en que actualmente se encuentran muchas personas...Hay algo que se nos escapa porque no podemos aprehenderlo; podemos analizarlo, medirlo y demás, pero todo lo que tenemos son varios sistemas de medida proyectados que utilizamos de la misma manera que medimos el tiempo en función de los movimientos de la vida. Pero el tiempo no está en ninguna parte, no existe ninguna especie de reloj cósmico que lo calibre. Somos nosotros quienes lo hemos inventado...Porque eso nos conduce a preguntarnos: 'Muy bien, pero ¿cómo se explica todo?, y eso crea en la mente esa clase de pregunta que llamamos inquirir. Pero esa no es la única manera de hacerlo. Supongamos que tal vez preguntarse por la explicación de todo, sea una cuestión errónea" (Alan Watts).
"Invoca, Pueblo del Mar, invoca al poeta, para que pueda componer un hechizo para ti. Pues yo, el Druida, que puse las letras en el Ogham, yo, que separo a los combatientes, me acercaré al rath de las Sidhe en busca de un poeta hábil para que juntos podamos componer encantamientos. Yo soy un viento del mar" (La canción de Amergin)
En el Bhagavad-Gitā, Krisna disipó toda duda al héroe Arjuna, al indicarle que el hombre debía actuar siempre según su dharma (ley o deber), sin tener en cuenta ni el éxito, fracaso o recompensa, y careciendo completamente su acción de todo deseo. Y es que, mediante el acto sin deseo, la persona puede transitar la Vía del Conocimiento.
Según el Hinduismo, la salvación deviene por tres senderos: la Acción (karmamārga), el Conocimiento (jñanamārga) y, mediante el yoga y la meditación, la Devoción divina (bhaktimārga).
"La voluntad productora de karma, aliada al ego, así como las fuerzas imaginativas formadas en consecuencia, se convierten en la acción anti-kármica del santo, es decir, en la realización del sublime sendero de la marcha del Bodhisattva en la vida de un aspirante a la realización, o de un Buddha: una vida que tiene en sí misma razón suficiente y causa, pero no ya en la sed de ser, en la dependencia y en el deseo, sino en su compasión hacia todos los seres" (Lama Anagarika Govinda).
"El Demonio aparece bajo numerosos aspectos, parecido a los Dioses Lares, las entidades místicas de un linaje o una generación; de los cuales Macrobio, por ejemplo, nos afirma: 'Son dioses que nos mantienen vivos. Ellos alimentan nuestro cuerpo y guían nuestra alma'. Así, se puede decir que entre el demonio y la consciencia normal existe una relación del mismo tipo que entre el principio individualizante y el principio individualizado. El primero, es según las enseñanzas de los antiguos, como una fuerza supra-individual y, por tanto, superior al nacimiento y la muerte. La segunda, es decir, el principio individualizado, es consciencia condicionada por el cuerpo y el mundo exterior, destinada normalmente a la disolución o esta supervivencia tan efímera propia del mundo de las sombras" (Julius Evola).
'Quien camina con simplicidad, camina confiadamente' (Prov 10,9).
"La sencillez trata de estar tan ligero de equipaje que no hayamos vencido sino la inercia de la mente y nos dejemos llevar por el Espíritu.
Nuestra responsabilidad no está en hacer esto o aquello, sino en el hecho de poderlo o no poderlo hacer por habernos cargado la existencia de complicaciones paralizantes.
Se empieza por una sencillez indiferenciada. Es la primera inocencia. Al despertar la conciencia, y ésta enamorarse de la sencillez, empieza ya a perderse...
La intencionalidad hacia la sencillez, la Unidad, es básica. El paso del mythos al logos y del logos al mythos.
La inocencia es algo que se posee; es algo que constantemente se recupera" (Raimon Panikkar).
'Seguirás tranquilo tu camino y tus pies no tropezarán' (Prov 3,23).
La inocencia es algo que se posee; es algo que constantemente se recupera" (Raimon Panikkar).
'Seguirás tranquilo tu camino y tus pies no tropezarán' (Prov 3,23).
En el 64 d.C. cuando Nerón ordena la persecución de los cristianos, éstos imploraron a Pedro que se pusiera a salvo; y, a su paso por la Via Appia, reconoció a Jesucristo, preguntándole en latín: "Domine, quo vadis?" (Señor, ¿adónde vas?), respondiéndole "Para ser crucificado por segunda vez". Pedro volvió a Roma, haciéndose constar el hecho en las "Acta Petri".
Elías escuchando a un cuervo posado sobre una palmera (con la inscripción árabe "¡Santo, santo es el Señor Sabaoth!"), lo que no sería de extrañar, teniendo en cuenta que los antiguos ya habrían discernido hasta cuarenta y seis inflexiones en su voz.
Por su color, el simbolismo del cuervo (hereb -nombre relacionado con el infierno, Erebe, según Hesíodo) está asociado a las tinieblas primigenias, poder demiúrgico de las fuerzas espirituales, que se precisan asumir solitaria y voluntariamente, al vivir en un plano superior. Su regia capa es representativa de la estrecha relación entre Dios y su profeta, mostrando la propia autoridad con la que otorgar la adecuada unción a su sucesor “cuando Elías echó sobre los hombros del joven Eliseo el manto…señal de que Dios lo llamaba a ser sucesor de Elías”. Por otra parte, sus cabellos denotan ya la condición del fuego como elemento de la divinidad inherente en Elías, poco antes de su teofánico arrebato hacia el cielo. Y, por supuesto, la inscripción es harto peculiar, teniendo en cuenta que es árabe, aún cuando Elías -Ilyas- es citado por el Corán entre "los justos" (6:85). (Este icono es de procedencia presumiblemente etíope).
"En la visión de Isaías, se perciben influencias muy diversas: hebreas, persas, cristianas y, sin duda, gnósticas. El acento está puesto en una jerarquía de las zonas espirituales que corresponden a los diferentes estados representados bajo el aspecto de los siete cielos...y que fue retomada luego por los cátaros" (Jean Markale)
Mediante la pura sabiduría podemos identificarnos con todo, mientras con la ignorancia lo hacemos con lo limitado. No obstante, la naturaleza propia de la ignorancia no es esencialmente la nuestra, porque lo que es esencial en algo nunca puede eliminarse y, en cambio, siempre podemos liberarnos de la ignorancia.
Un lazo sirve para unir mientras que un nudo ata, por así decirlo, dos partes. Por eso, el nudo -que parece tener una mayor solidez- vendría a reforzar simbólicamente al primero. E, igualmente, a un nudo puede atribuírsele su adecuación en base a su perspectiva, por lo que, si nos hallamos “encadenados” al ego, éste devendrá cual mal que nos impedirá deshacernos del mismo; o, por el contrario, a partir del desapego podríamos romper –aparentemente- dicho nudo y deshacer nuestra ignorancia, auspiciando la “transmutación” de lo que antes nos encadenaba a una falsa perspectiva, pasando a articularnos ante nuestra genuina naturaleza.
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