viernes, 21 de febrero de 2014


Las trece máximas del Rabi Israel Salanter.


No hables antes de asegurarte de decir la verdad. Tres cosas sostienen el mundo: la verdad, la justicia y la paz (deshe= din:justicia, emet=verdad y Shalom: paz).

 

Todo lo que tienes que hacer, hazlo sin perder el tiempo. No malgastes tu tiempo. Procura realizar algo útil y bueno. Sé atento a tus responsabilidades y obligaciones. No seas negligente en la realización de una buena acción. Quien aproveche cada instante de su vida, será el más agraciado.

 

Entrénate a decidirte a seguir por un camino y una vez tomada la resolución, no vaciles, llévala a cabo sin demora. Debes estar consciente a cada momento. Si sabes por lo que estás luchando, lo harás con mayor vitalidad. Planea por la noche cómo vas a levantarte por la mañana (10 minutos más temprano, debes recitar el Shemá Israel). Repasa tu día. Observa los obstáculos que tuviste. Haz una estrategia para evitarlos en el futuro. Carga contigo libros, pensamientos, escoge frases para inspirarte. Recomiendo los 48 caminos hacia la sabiduría del rabino Noaj Weinberg.

 

Sé respetuoso. Cuidadoso con los sufrimientos de los demás; respeta incluso a quien se te opone. No persigas la fama, pues la gente no respeta a los vanidosos. ¿Quién es célebre? Quien respeta a los demás. Si cada persona y cada cosa existente tienen un tiempo y un espacio asignados por mandato divino, debes cierto respeto y reverencia.

 

Sé tranquilo; haz todo silenciosamente, sin confusión o excitación innecesaria. No permitas que las cosas banales perturben tu tranquilidad mental y paz espiritual. Debes disciplinarte a tener una vista puesta a lo lejos, en las cosas que realmente trascienden en la vida. Tu equilibrio mental no se perturbará por los problemas diarios de la vida. No te precipites.

 

Sé humilde. Reconoce tus debilidades y no te apoyes en los defectos o debilidades de los demás. La humildad pura es la más sublime. Debemos encontrar el camino intermedio entre dos polos opuestos. La humildad es libertad; ella te libera de exigencias y expectativas. Te darás cuenta que nada te pertenece en realidad. La humildad te libera de la envidia. Con humildad, habrás de estar dispuesto a honrar y mostrar respeto por los demás; y esto hará mejorar tus relaciones con el prójimo. Encontrarás más fácil perdonar y serás capaz de admitir tus equivocaciones.

 

Pon atención a daños que puedas causar en los demás (como hablar mal del prójimo, por ejemplo). Siempre, antes de hablar, debemos reflexionar. Lo fundamental para poder llevarte bien con los demás, es poder observar las cosas desde su punto de vista, aun cuando discrepes con ellos.

 

Sé amable. Dirígete con dulzura y sé noble con los demás aun cuando tengas derecho a enojarte. Reacciona calmadamente aun cuando alguien acabara de insultarte; y permanece tranquilo. Jamás te enojes, aunque estuvieres exhausto, angustiado, confundido o aterrorizado. Aunque todo el mundo pareciera “estrellarse” sobre tu cabeza, mantén la calma.

 

Mantén tu cuerpo y ropa limpios.

 

Sé paciente ante cualquier cosa que te pase en la vida. Aun cuando tengas razón, cuando pierdes la paciencia, sufres aún más. Defiende tu paz espiritual. Decídete a realizar todo el esfuerzo necesario para no rendirte al pánico o a la rabia.

 

Haz todo de forma ordenada y disciplinada. Guarda todo en su lugar para que luego no tengas que perder el tiempo buscándolo. Esfuérzate en lo que estás haciendo y no te distraigas con otros pensamientos.

 

Sé austero. Nos gastes ni un céntimo innecesariamente. Emplea el dinero en la caridad, adquirir libros, pagar a un maestro, etc…”Que tu casa esté ampliamente abierta y que los pobres sean miembros de tu hogar”.

 

Sé silencioso. Es mejor estar callado que luego lamentarse. Hay gente que le gusta incluso hablar mucho, hablar mal, con doble sentido e incluso insultar. Si deseas ser sabio, mantén la boca callada. Hablar demasiado puede conducir al mal.

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