CUIDATE, QUE TU TEMOR DE DIOS NO SEA HIPOCRESÍA (Johann Sebastian Bach).

1. Coro

¡Cuídate, que tu temor de Dios no sea hipocresía,

y no sirvas a Dios con falso corazón!

2. Recitativo (Tenor)

Hoy, desgraciadamente,

la cristiandad está mal dispuesta:

la mayor parte de los cristianos del mundo

son tibios como los laodiceos

y engreídos como los fariseos,

que aparentemente parecen piadosos pues,

como cañas, inclinan sus cabezas hasta la tierra,

aunque tengan el corazón lleno de amor propio.

Es cierto que entran en la casa de Dios

y cumplen allí con sus deberes externos, pero,

¿es esto todo lo que puede hacer un cristiano?

No, los hipócritas también pueden hacerlo.

3. Aria (Tenor)

Como falsos hipócritas

así son las manzanas de Sodoma:

por dentro llenas de inmundicias

y por fuera brillantes.

Hipócritas, que por fuera parecen hermosos,

no pueden existir ante Dios.

4. Recitativo (Bajo)

Quien es igual por dentro que por fuera

puede ser llamado un verdadero cristiano.

Así era el publicano en el templo:

golpeándose con humildad el pecho,

él no se atribuía a sí mismo ninguna santidad.

Esto significa para ti, hombre,

un glorioso ejemplo

que puede servir para tu arrepentimiento.

Tú no eres ningún ladrón, ni adúltero,

ni juras en falso...

¡ah, pero no te imagines,

que por eso eres un ángel puro!

¡Confiesa a Dios humildemente tus pecados,

así podrás encontrar misericordia y ayuda!

5. Aria (Soprano)

¡Queridísimo Dios, perdóname,

deja que crezca en mí el consuelo y la gracia!

Mis pecados me afligen

como una pústula en los huesos.

¡Ayúdame, Jesús, Cordero de Dios,

pues me hundo en el fango profundo!

6. Coro

Yo, pobre hombre; yo, pobre pecador,

permanezco aquí, ante el rostro de Dios.

¡Ah Dios, ah Dios, trátame con misericordia

y no me conduzcas ante el tribunal!

¡Perdóname, perdóname!

¡Dios, Tú que eres mi perdón, ven sobre mí!