viernes, 9 de mayo de 2014


En plena siglo XII, varios grupos de solitarios hebreos o “perusim” se consagraron totalmente al estudio de la Torah, pudiendo ser así gracias a la manutención que corría a cuenta de la comunidad judía. Y fue el grupo de Jacob Hanazyr, quien concentró mayor fama a causa de su actividad contemplativa de las Sefirot (desde la perspectiva del Libro de la Formación). Los “perusim” provenzales, por ejemplo, vivían recluidos durante un tiempo no inferior a los siete años, en los que debían estudiar de manera ininterrumpida, absteniéndose de la carne o el alcohol y practicando ayunos; y todo ello, con el claro objeto de alcanzar la “pureza” (tehorah). Existe un manuscrito que así lo documenta: la “Huqe ha-Torah”, donde se describe la vida en uno de esos centros.

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