“Los ‘papalagi’ –los hombres blancos- son seres enfermos de codicia…realizan infinidad de cosas, como anillos o recipientes de comida…no piensan en las cosas que el Gran Espíritu nos provee. ¿Quién puede poseer más cosas que del Gran Espíritu que justamente nosotros?. Esos ‘papalagi’ piensan que pueden hacer mucho y que son tan fuertes como el Gran Espíritu. Por esa razón, miles y miles de manos no hacen nada más que producir cosas, del amanecer al crepúsculo…sus manos arden, sus rostros se vuelven cenicientos y sus espaldas están encorvadas…haciendo nuevas cosas; todo el mundo quiere tener cosas y las adoran…Pero es signo de gran pobreza que alguien necesite muchas cosas, porque así demuestra que carece de las cosas del Gran Espíritu. Los ‘papalagi’ son pobres porque persiguen las cosas como locos. Sin cosas no pueden vivir…Cuantas más cosas necesitas, mejor europeo eres…Dios les envía muchas cosas que amenazan su propiedad…Y lo peor de todo: introduce el miedo en los corazones de los ‘papalagi’. Miedo es la cosa principal que han adquirido. El sueño de un ‘papalagi’ nunca es tranquilo, porque tiene que estar alerta todo el tiempo, para que las cosas que ha amasado durante el día, no le sean robadas por la noche…Los rostros de la gente blanca a menudo parecen cansados y tristes y la causa de que pocos de ellos puedan hallar un momento para mirar las cosas del Gran Espíritu” ( ext.de “Los papalagi” de Erich Scheurmann).
Homero mencionó a la Siria primitiva (cual "tierra solar" donde se hablaría la lengua siríaca o adámica), situándola allende Ogigia (lo que nos permitiría asociarla con la Thulê hiperbórea), isla en la que pasó prisionero Odiseo/Ulises siete años de su vida, en manos de la ninfa Calipso. Plutarco escribiría también sobre la isla de Ogigia, indicando que allí el sol era visible veinticuatro horas, pues disfrutaba de días más largos...
viernes, 9 de mayo de 2014
“Los ‘papalagi’ –los hombres blancos- son seres enfermos de codicia…realizan infinidad de cosas, como anillos o recipientes de comida…no piensan en las cosas que el Gran Espíritu nos provee. ¿Quién puede poseer más cosas que del Gran Espíritu que justamente nosotros?. Esos ‘papalagi’ piensan que pueden hacer mucho y que son tan fuertes como el Gran Espíritu. Por esa razón, miles y miles de manos no hacen nada más que producir cosas, del amanecer al crepúsculo…sus manos arden, sus rostros se vuelven cenicientos y sus espaldas están encorvadas…haciendo nuevas cosas; todo el mundo quiere tener cosas y las adoran…Pero es signo de gran pobreza que alguien necesite muchas cosas, porque así demuestra que carece de las cosas del Gran Espíritu. Los ‘papalagi’ son pobres porque persiguen las cosas como locos. Sin cosas no pueden vivir…Cuantas más cosas necesitas, mejor europeo eres…Dios les envía muchas cosas que amenazan su propiedad…Y lo peor de todo: introduce el miedo en los corazones de los ‘papalagi’. Miedo es la cosa principal que han adquirido. El sueño de un ‘papalagi’ nunca es tranquilo, porque tiene que estar alerta todo el tiempo, para que las cosas que ha amasado durante el día, no le sean robadas por la noche…Los rostros de la gente blanca a menudo parecen cansados y tristes y la causa de que pocos de ellos puedan hallar un momento para mirar las cosas del Gran Espíritu” ( ext.de “Los papalagi” de Erich Scheurmann).
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