jueves, 16 de octubre de 2014


Las múltiples leyendas o referencias religiosas en que se es devorado por un monstruo "acuático" (ballena, cocodrilo o serpiente), me recuerda al simbolismo del vientre que mata la vida profana y la regenera sacra, cual útero que otorga una nueva existencia, al servirse de intermediario precósmico (simbolizado por la oscuridad) para la nueva existencia. Dicha muerte ritual también puede recordarnos a los antepasados que deberían ayudar a todo novicio, por el hecho de ser poseedores del conocimiento arcano. Lo importante, de todas formas, es que el neófito acaba siendo expulsado o vomitado, con el propósito asociativo de la muerte y la resurrección (básica en toda iniciación, así como el concepto de que la muerte no es realmente el final).

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