domingo, 22 de junio de 2014


El espíritu es la luz que emana desde el Principio, mientras que el alma refleja únicamente dicha luz; por ello, al mundo anímico, materno o intermedio, y es aquel donde se "elaboran" las formas o "sombras" (todo ello, bajo la influencia "paterna" del espíritu, claro está). Así pues, el mundo anímico es aquel que correspondería a las fuerzas cósmicas, dentro del orden sutil. Y, todo ello, estaría relacionado con el caduceo de Hermes -por ejemplo-, donde la dualidad del mundo "intermediario" plasma una interrelación conjunta de fuerzas celestes y terrestres.

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