martes, 10 de junio de 2014


Rememorando a Ibn Arabî, recordaría que aquel que realiza la 'futuwwa', las pasiones no le agitan -firme como una montaña-, ninguna pena le aflige y ningún miedo le despoja de sus virtudes. La 'futuwwa' es una cualidad divina y el caballero que la practica, un 'fatâ'. Y el 'fatâ', frente a la contradicción inherente de todo cuanto existe, se vuelve hacia hacia Dios y renuncia a su propio interés. "Yo era un tesoro escondido y quise ser conocido...He creado a las criaturas y Me han conocido".

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