sábado, 21 de junio de 2014


Tantrismo y Alquimia.

Aunque normalmente el sexo se ve desde un punto de vista
físico, o incluso psíquico, también puede verse desde la perspectiva metafísica;
en la cual, los dos principios de la dualidad se avienen para obtener el
conocimiento de la unidad. Es decir, mediante una unión sexual se invierten los
papeles normalmente aceptados de simple goce o deseo procreativo, con el fin de
obtener un éxtasis mediante el cual optar al Autoconocimiento. Todos los textos
sobre este tema señalan que la unión sexual no debe terminar con la emisión del
esperma, sino que éste debe ser retenido y, a la vez, absorber la esencia
femenina. Todo ello se obtendría mediante ciertas posturas, gestos y retención
de la respiración, lográndose la experiencia del despertar de la energía
cósmica presente en el ser humano –en la base de la columna vertebral, llamada
Kundalini en la India-. Ésta consistiría en una serpiente de fuego que asciendería
por un canal sutil situado a lo largo de la columna vertebral; a través del
cual hay siete centros de energía que representan los estados de conciencia. Normalmente,
la energía circula por dos conductos laterales que circularían alrededor del
canal central. Cuando se ha practicado además el llamado “amor tántrico”, la
Kundalini asciende desde la región sacra hasta la parte superior craneal. Mediante
la unión sexual se obtendría la desaparición de la conciencia egótica y al llegar
a la altura del corazón, se obtendría igualmente el inicio de la regeneración
psíquica; y al llegar al “tercer ojo” u Ojo frontal, se lograría la
regeneración total que correspondería a los “Pequeños Misterios”. A partir de
ahí, empiezan los “Grandes Misterios”, que culminarán con la salida por encima
del cráneo y posterior salida del cosmos.
 
En la alquimia, la vía de “la mano izquierda” hindú
(tántrica con unión sexual) se corresponde con la vía húmeda, en la que el
deseo es la parte principal. La vía de “la mano derecha” corresponde a la vía
seca de la alquimia; aquí, la unión sexual es interior. La Kundalini hace el
papel de la Shakti, de la mujer que se une a Shiva en el Ajna chakra o chakra
frontal.
 
La diosa del amor por excelencia es Venus, la cual nace del
esperma que brota del sexo de Urano, precipitado sobre el mar; es curioso que
Mercurio en la India es llamado “semen de Shiva”; es andrógino y llamado
hermafrodita (unión de Hermes –Mercurio- y Afrodita –Venus-). La mujer es la
personificación de la fuerza de la vida; y el simbolismo de dicha fuerza puede
ser la luz que disipa las tinieblas o el esperma que da la vida (relacionándolo
con el nacimiento de Venus); también podría ser el agua o fuente de la vida.
 
Teniendo en cuenta que el mercurio se considera femenino y
el azufre masculino, el mercurio doble es el “agua ígnea” o fuego acuoso que
corresponde a la unión de los dos principios. Se puede observar que el Caduceo
de Hermes, con su vara y serpientes enroscadas, es análogo a la Shushumna y
nadis laterales del tantrismo.
 
Como vemos, el yoga tántrico tiene una relación con la
alquimia; y la obtención de la Piedra filosofal, obtenida tras la Obra al rojo,
pasando previamente por la Obra al negro que corresponde a una muerte paulatina
del ego y después por la Obra al blanco.
 
Es decir, una espiritualización del cuerpo y una corporificación
del espíritu; así pues, después se logra el V.i.t.r.i.o.l. (visita el interior
de la tierra y rectificando encontrarás la Piedra oculta) pasando por el I.n.r.i
(por la ignición la naturaleza se regenera íntegramente).

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